miércoles, 29 de octubre de 2008

Alumna: Mirtha Bravo
Sección: 2
Comunicación Social/ Distancia

Teoría de la Aguja Hipodérmica
Esta teoría se desarrolló entre 1900 y 1940. Su principal postulado dice que los medios de comunicación “inyectan” una información con un contenido que se da por cierto y verídico; es decir, que lo que un medio de comunicación diga (por ejemplo, que se desató una guerra) es cierto y de ninguna manera requiere ser verificado.

Esta es una teoría que entraña, indudablemente, muchos peligros, pues jamás pone en entredicho la veracidad de la información que suministran los medios y, por el contrario, legitima la capacidad de éstos de moldear conductas y de estimular a las masas para que éstas respondan, entendiendo a éstas (a las masas) como a un grupo sin criterio que puede ser manipulado por los medios, los cuales, a su vez, son instrumentos de los poderes públicos y privados. Paradigma de Usos y Efectos (Rubin, 1997), que se basa en el supuesto de que los medios puedan hacer con nosotros mucho más de lo que suponemos.

Según DeFleur, Melvin (1986) El primer conjunto de creencia sobre la naturaleza y el poder de las comunicaciones de masas no fue formulado de hecho en su momento por ningún estudioso de las comunicaciones. Pero en visión retrospectiva se conoce como la teoría de la bala mágica. Posteriormente ha recibido otros nombres más pintorescos como teoría hipodérmica o teoría de la reacción en cadena. La idea básica que subyace tras esos nombres es que los mensajes de los medios son recibidos de manera uniforme por todo el público y que las reacciones inmediatas y directas son disparadas por estos.

“Cada miembro del público de masas es personal y directamente atacada por el mensaje” (Wright, 1975). Con esta frase se sintetiza y se define adecuadamente lo que la teoría de la aguja hipodérmica sostiene.
Históricamente, la teoría de la aguja hipodérmica (o teoría de la bala mágica) coincide con el peligro de las dos guerras mundiales y con la difusión a gran escala de las comunicaciones de masas. Se comenzó a definir cuando la mirada se concentró en los efectos que tuvo la propaganda durante los conflictos.
La Primera Guerra Mundial supuso un gran despliegue de armas y de dinero, lo cual significó una mayor pérdida social. En ese momento, Gran Bretaña y Estados Unidos no habían sufrido las consecuencias de una catástrofe como esa y no estaban preparados para superar tal daño. La guerra se dio muy cerca de la población civil, por lo que se hizo necesario darle una importancia a la guerra que en realidad no tenía. Para ello se utilizó la propaganda en una sociedad en la que los vínculos eran cada vez más difíciles, para convencer a la gente de que diese su vida en un conflicto mundial que, finalmente, sólo sería beneficioso para unos pocos. Finalizada la primera guerra, en Alemania, EEUU y Gran Bretaña se comenzó a reflexionar sobre este bombardeo propagandístico tan grande como medio para manipular a la gente por parte de los gobiernos y los medios de comunicación…así se comienza a formular la teoría.
Los elementos que más caracterizaron el contexto de la teoría son la novedad del fenómeno de las comunicaciones de masas y la conexión de dicho fenómeno con las trágicas experiencias totalitarias de aquel período histórico. Se trató de una aproximación global al tema de los medios, indiferente a la diversidad entre los distintos medios, y responde particularmente a la pregunta “¿Qué efecto producen los medios en una sociedad de masas?”

La teoría plantea que la manipulación es posible ya que frente al enorme y creciente poder de los medios, no hay ningún elemento de resistencia; el mensaje se dirigirá por los medios de comunicación de masas, a partir de ahí, es posible crear un estímulo, un mensaje tan fuerte que se “inyecte dentro de la piel de cada miembro de la sociedad” (de ahí el nombre “aguja hipodérmica”). Entre emisor y receptor, entre estímulo y respuesta no hay ninguna intermediación que impida conseguir los objetivos, hay una relación directa de causa-efecto, algo mecánico.
Sin embargo, es imposible hablar de la teoría hipodérmica sin mencionar los diversos conceptos de la sociedad de masas que se sostenían en aquel momento y sin concentrarse en la propaganda, más que en los medios en sí.


Agenda Mediática:

El camino hacia la libertad del ser humano moderno también pasa por la necesidad de liberarse de la agenda mediática, eso que decide indirectamente qué es noticia y qué no. Esa agenda machaca cada día una visión de 'la actualidad', que de tan acostumbrados que estamos a ella confundimos con 'la realidad'.
Los llamados medios de comunicación de masas dictan implícitamente de qué se va a hablar hoy en escuelas, bares, oficinas y comedores, y de qué mejor no hablamos. Pero esa agenda no necesariamente aborda lo más importante para las personas corrientes, ya que quien le da forma es una maquinaria oscura que se hunde en mares de intereses políticos y comerciales. Y cuando toca guerra, toca guerra, y cuando no, pues no. Y cuando toca fútbol toma fútbol y más fútbol.
Así pasan desapercibidos otros temas más importantes y también incómodos, sistemáticamente obviados o banalizados. La agenda mediática, dicen los comunicólogos críticos, es la principal impulsora de la actual sociedad del espectáculo y su fuerza en nuestras vidas recuerda a la estrategia imperial de dar 'pan y circo' al pueblo para canalizar sus siempre inquietantes energías.
Sólo saltando al caos emancipador, descentralizado e interactivo de las redes se saborea esa famosa frase de McLuhan: el medio es el mensaje. Es decir, para que la información sea libre e independiente las estructuras y el contexto que la generan lo deben ser también. En este sentido, en los últimos años hay quien se ha dedicado a diseñar sistemas y procesos abiertos para el medio digital que liberan a las fuentes y a los lectores de sus roles pasivos y anclados.
Pero incluso en nuestro entorno personal podemos experimentar con esta 'nueva' forma de entender el mundo: simplemente escuchando a personas que no son noticia y conviviendo con ellas, suponiendo que se encuentran representados en ellas distintos sectores sociales y culturales, obtendremos un reflejo de la realidad mucho más realista que esa actualidad presentada por los noticiarios.
La solución no consiste en (sólo) criticar a los grandes medios. La estrategia correcta pasa por conocer los esfuerzos de quienes intentan hacer un trabajo periodístico de otro tipo, en saber que hay muchas maneras de informarnos, que es posible obtener noticia del contacto con personas de aquí y allá...
Al fin y al cabo somos nosotros mismos los responsables de la construcción de unos medios más incluyentes que informen con unas perspectivas sociales acordes a nuestros intereses.

Espiral del Silencio:
Entre las distintas ponencias procedentes, de Tocqueville, Tönnies, Bryce y Allport, Apenas Allport presenta el ejemplo de un proceso de formación de la opinión pública: la presión que se ejerce sobre los habitantes de un barrio para que despejen de nieve sus aceras. Este ejemplo demuestra que las convenciones sociales, las costumbres y las normas, junto con las cuestiones políticas, están entre las “situaciones” y las “proposiciones de significación” capaces de multiplicar las posturas públicas.

Si la opinión pública es el resultado de la interacción entre los individuos y su entorno social, deberíamos encontrar en ejecución los procesos que Aschs y Milgram han confirmado de modo experimental. Para no encontrarse aislado, un individuo puede renunciar a su propio juicio. Esta es una condición de la vida en una sociedad humana; si fuera de otra manera, la integración sería imposible.
Ese temor al aislamiento (no sólo el temor que tiene el individuo de que lo aparten sino también la duda sobre su propia capacidad de juicio) forma parte integrante, según nosotros, de todos los procesos de opinión pública. Aquí reside el punto vulnerable del in- dividuo; en esto los grupos sociales pueden castigarlo por no haber sabido adaptarse. Hay un vínculo estrecho entre los conceptos de opinión pública, sanción y castigo.
Expresar la opinión opuesta y efectuar una acción pública en su nombre significa correr peligro de encontrarse aislado. En otras palabras, podemos describir la opinión pública como la opinión dominante que impone una postura y una conducta de sumisión, a la vez que amenaza con aislamiento al individuo rebelde y, al político, con una pérdida del apoyo popular. Por esto, el papel activo de iniciador de un proceso de formación de la opinión queda reservado para cualquiera que pueda resistir a la amenaza de aislamiento.

Usos y Gratificaciones:
Un enfoque que ha gozado de mucha atención en las últimas dos décadas es el denominado de usos y gratificaciones de los medios, que parte de una investigación de Katz, Blumler y Gurevitch (1973). Autores como Wolf (1987), Roda (1989) y Rubin (1996) han efectuado amplios resúmenes de las principales consideraciones acerca de esta teoría. Como el aspecto central de la investigación refiere a este tópico y es escaso el espacio, estas breves consideraciones hacen referencia exclusiva, dejando para otro momento lo relativo a aspectos como las audiencias, el consumo cultural, los estudios de recepción y aún el repertorio de funciones de los medios de comunicación social.

Usos y gratificaciones es una especie de reacción frente a las teorías sobre los efectos de los medios de comunicación social. La diferencia esencialmente estriba en la atención que en cada caso se concede a distintos momentos de la relación individuo-comunicación (Roda, 1989).

Se observa que los usos y gratificaciones se apoyan en una visión mediatizada de la influencia comunicativa que subraya el rol de las diferencias individuales al disminuir los efectos directos de los medios, es decir qué intenciones o funciones sirven los medios dentro de una audiencia no pasiva. Célebre se hace la frase más que investigar que hacen los medios con la audiencia hay que investigar que hace la audiencia con los medios, perspectiva que incluye en primer lugar los contenidos, pero también los medios per se.

Los investigadores intentan explicar los efectos en términos de las intenciones, funciones o usos tal y como los controlan los propios patrones de elección de los perceptores.

La visión actual del supuesto de usos y gratificaciones se basa en cinco premisas (Rubin, 1996):

a. La conducta comunicativa, que incluye la selección y utilización de los medios está dirigida hacia un objetivo, tiene una intención y una motivación. En general, el público participa en la comunicación de manera relativamente activa cuando elige un medio o un contenido y el comportamiento es funcional.

b. El público toma la iniciativa de seleccionar y utilizar los medios con el fin de satisfacer sus necesidades o deseos. En lugar de dejarse utilizar por los medios, la audiencia efectúa su propia selección y uso para gratificar sus necesidades o voluntades.

c. El comportamiento responde a los mensajes de los medios mediante un filtro de circunstancias personales, psicológicas o sociales, como el potencial de interacción personal, las categorías sociales y la personalidad individual, siendo factores mediadores.

d. Los medios compiten con otras formas de comunicación para seleccionar, atender y utilizar de modo gratificante las necesidades y deseos de la audiencia. Existe una relación entre el proceso de comunicación masivo e interpersonal. El grado de satisfacción aportado por los medios para satisfacer esos motivos o deseos varía en cada persona según sus circunstancias sociales y psicológicas.

e. Los seres humanos ejercen usualmente mayor influencia sobre la relación mencionada, aunque no siempre es así. La iniciativa personal ejerce una mediación tanto en los patrones como en las consecuencias del uso mediático. Por medio de este proceso, los medios pueden afectar tanto a las características individuales como a las estructuras sociales, políticas, culturales o económicas de la sociedad.

Roda (1989), con base en McQuail, resume las críticas al modelo de usos y gratificaciones, expresando que se trata de un enfoque psicologista que se apoya excesivamente en registros subjetivos. Además la noción de audiencia activa se contradice con el supuesto central de la teoría de que los motivos para el uso de los medios proceden de las necesidades básicas, la experiencia
Social y el contexto social, oscilando entre el determinismo y el voluntarismo. Critica también la asunción de que la conducta hacia el medio se basa en una elección consciente o racional, cuando frecuentemente se constata que el uso de los medios es habitual y no selectivo.

Williams, Strover y Grant (1996) señalan que en las nuevas tecnologías ofrecen a los usuarios, una mayor y más compleja elección de exposición; posibilidad de interacción con otros usuarios. Además, amplían el repertorio de medios disponibles y fragmentan las audiencias en grupos o culturas de consumidor/usuario menores.


Mediciones:

La necesidad y la utilidad de la medición de la opinión pública y de mercado se basan en los tres principios sobre los que originalmente partió el servicio de investigación: Se trata de un método representativo de una población,funciona como un estudio de mercado (reconocimiento de demandas, necesidades, problemática en una primera fase; y evaluación de conceptos publicitarios, marcas (branding), soluciones mercadológicas en una segunda fase (industria en ascenso en Mx)3 Medida de las actitudes de una población a un gobierno, instituciones, marcas.Los antecedentes del surgimiento de una ciencia empírica de la opinión pública.Marx y Weber intentaron realizar estudios basados en encuestas.Psicología social y las escalas; ayudan a medir la existencia, dirección, intensidad y consistencia de actitudes (1918).

La medición de la opinión pública tiene su antecedente en la corriente empírica de las ciencias sociales. Autores como Paul Lazarsfeld, Berelson, Hyden, Laswell son los autores principales de una corriente en ciencias sociales que busca respaldar sus argumentos con evidencias, donde no sólo basta la argumentación y elaboración teórica, sino que es necesaria la recogida de datos para contrastar con evidencias empíricas.


Manipulación Mediática:

Los medios de comunicación, cuyo deber ser se compromete con las necesidades de la comunicación social, han ido desvaneciendo su ideal a partir del auge de la industria de consumo, a través de la cual, pasan de ser concebidos como elementos importantes para los procesos de socialización humana, a pertenecer a un entramado tecnológico encaminado a satisfacer intereses económicos y políticos de sectores nacionales e internacionales de carácter dominante, olvidando la idea de sociedad como conjunto diverso, que desde su pluralidad y sus necesidades debe ser escuchada.

La centralización de los medios masivos, tiene una intencionalidad muy definida; los procesos de homogeneización, cada día más agresivos, utilizan el poder de convocatoria y cobertura de estos elementos transmisores, para reproducir modelos, patrones, simbologías y doctrinas, que contribuyen a la consolidación de un sistema "común", ligado al sostenimiento de aparatos económicos manejados por pocas manos. Así, desde un centro arbitrariamente concebido, se expanden cuidadosamente las versiones "oficiales" de la historia, los modos "ideales" de vida, la "única" concepción política y filosófica del mundo, en fin, todo aquello que a simple vista parece una verdad revelada, pero que en realidad, oculta la creación de imaginarios conformes a una cultura dominante ajena y sectaria.

En este estado de cosas, la construcción de identidad, el conocimiento integral de las formas de vida correspondientes con nuestras necesidades, la dignificación de la vida humana de nuestros pueblos, quedan sometidas bajo el dominio de un influjo económico inequitativo, donde los medios masivos no se asumen como constructores ni creadores, sino como instrumentos de consolidación de la industria cultural; una industria pobre a nivel de contenido, pero con objetivos claros de persuasión y dominación, que pretende establecer la comunicación como estrategia de entretenimiento - adormecimiento, invisibilizando el caos social desatado por la desigualdad y la injusticia de un sistema económico, político, cultural y social que no soporta la realidad de nuestros pueblos.

La ética comunicativa y periodística, que se asume integralmente, responsablemente, de cara al país, se convierte entonces en un dolor de cabeza para la estructura tradicional, pero representa una clara oportunidad para la construcción de un proyecto verdadero de nación; permite la exploración de universos simbólicos alternativos para un manejo de medios más formativo, tendiente a la alfabetización sobre nuestra condición como pueblo, sobre nuestro entorno. Esta es la búsqueda de una comunicación como conducto educador con respecto a la vida dentro de nuestro contexto, atenta a propender por ese "habitar" nuestros territorios de manera consciente, capaz de construir significaciones y apropiarse de un sentir y de una visión de convivencia, ese sueño que aun lejano, sigue incidiendo profundamente en el trazo de nuestros caminos. En este sentido, la comunicación alternativa, plantea la construcción de un modelo distinto de comunicación mediática e interpersonal que contrarreste el efecto avasallador de los medios de comunicación tradicional, proporcionando espacios para la crítica, la propuesta y la denuncia, brindando especial cabida a esas voces "no oficiales", que son frecuentemente, las mas acalladas por el sistema inequitativo y represor.


Citas Consultadas:

_ mx.geocities.com/ladahir

_ teocoms.blogspot.com/2007/09/teor-de-la-aguja-ipod

_ espiral.org/node/13-12k

_ www.infoamerica.org/documentos-pdf

_ www.cem.item.mx/dacs/publicaciones

_ conversemospublicoopiniòn.blogs.pot

_ www.la fogata.org/05latino

miércoles, 8 de octubre de 2008

Unidad: II

ETAPAS DE FORMACIÒN DE LA OPINIÒN PÚBLICA:

Hablar de las etapas de  formación de la opinión pública se ha vuelto un complejo, dado a las sofisticaciones de la sociedad actual y de los medios de comunicación colectiva como vehículos idóneos para que las ideas se difundan en el entramado de intereses y anhelos de la población y sus líderes.

Es por eso que se cree oportuno ahondar en esta ocasión en la urgente necesidad de que esos procesos de formación coadyuven a la profundización de la democratización a partir de la presencia de un sujeto consciente, preocupado por el interés público y partícipe de la opinión ciudadana crítica.

Un Estado democrático (o en vías de democratización) tiene la obligación de garantizar el libre acceso a la información pública, así como es deber ciudadano demandar ese libre acceso para contar con el parangón de posturas políticas, sociales, económicas, culturales, etc., que sirvan para la consecuente toma de decisiones en la sociedad.

En otros países como el salvador por ejemplo, lamentablemente las etapas de formación de la opinión publica aún no es una preocupación del ciudadano común, salvo los más interesados o políticamente comprometidos, al grado que pareciera ser un tema que no trasciende más allá de los líderes de opinión, editores y periodistas, y de las reflexiones puntuales en las academias.

El ciudadano de a pie todavía está condicionado por la gama de necesidades básicas que tiene que solventar de alguna manera y pareciera que las virtudes ciudadanas, sus derechos y obligaciones en la sociedad, son cuestiones de segundo nivel. Al final, resulta más efectivo olvidarse de su situación en medio del bombardeo mediático adormecedor.

De acuerdo con Young (2001) dentro de una democracia se parte de supuestos que se remontan a los griegos:

“La comunidad y los controles políticos descansan en un cuerpo compuesto por los ciudadanos adultos y responsables de la comunidad; estos adultos tienen el derecho y el deber de discutir los problemas públicos con la vista puesta en el bienestar de la comunidad; de esta discusión puede resultar cierto grado de acuerdo;  el consenso será la base de la acción pública.”

El mismo autor describe las cuatro etapas básicas del proceso de formación de opinión pública con una quinta etapa de acción manifiesta:

En primer lugar, algún tema o problema comienza por ser definido por ciertos individuos o grupos interesados, como un problema que exige solución. (...) la esencia de esta primera etapa es un intento de definir la cuestión en términos tales que permitan la discusión por parte de individuos y grupos.

En segundo lugar, vienen entonces las consideraciones preliminares y exploratorias. ¿Cuál es la importancia del problema? ¿En éste el momento de encararlo? ¿Es posible darle solución? Estos aspectos pueden ser explorados en charlas, debates abiertos, crónicas y editoriales en la prensa, debates o comentarios radiales, y por otros medios de comunicación.

En tercer lugar, de esta etapa preliminar pasamos a otra en la cual se adelantan soluciones o planes posibles. Apoyos y protestas están a la orden del día, y se produce a menudo una acentuación de las emociones. Puede aparecer, en considerables proporciones, la conducta de masas, y frecuentemente los aspectos racionales se pierden en un diluvio de estereotipos, slogans e incitaciones emocionales. Esta etapa es importante porque en ella la cuestión se bosqueja con caracteres bien marcados y al tomar decisiones los hombres están controlados no sólo por valores racionales, sino también por valores emocionales. En otras palabras, en la formación de opinión, en las sociedades democráticas, intervienen a la vez consideraciones racionales e irracionales.

En cuarto lugar, de las conversaciones, discursos, debates y escritos, los individuos alcanzan cierto grado de consenso. (...) El consenso no significa un completo acuerdo entre todos.

En quinto lugar, la puesta en práctica de la ley aprobada, o el empleo del poder por parte de funcionarios elegidos, cae, estrictamente hablando, fuera del proceso de formación de opinión. En la realidad, en un sistema representativo, la minoría puede naturalmente seguir presionando para obtener una modificación. A través de la radio, la prensa, las asambleas y otros instrumentos de discusión pública, individuos o grupos con intereses especiales pueden hacer llegar nuevas sugerencias. (Young; 2001: 15-17)

Cabe señalar, a la vez, como el mismo autor estima al igual que Rivadeneira Prada (1995), que se debe tomar en cuenta que no ocurre lo mismo en todas las sociedades: las sociedades que viven dentro de una democracia representativa tendrán mayores posibilidades de interacción que las sociedades de masas.

“En la sociedad de masas –advierte Young- han desaparecido casi totalmente las formas comunicativas directas; se han modificado las relaciones personales, por el crecimiento de las ciudades, la división del trabajo, las estructuras del Estado moderno, las exigencias culturales, etc., y, sobre todo, por el auge de los medios de comunicación social”. (Rivadeneira Prada; 1995: 131)

De esa forma, vale reconocer que las distintas visiones teóricas acerca del fenómeno pueden sintetizarse en que en las complejas relaciones que se dan en las sociedades y el papel de los medios de comunicación, también sofisticados, confluyen los aspectos racionales e irracionales del ser humano.

 

Influencias en los medios de comunicación en la información:

En la sociedad globalizada los Medios de Comunicación se han convertido en uno de los principales instrumentos de poder, gracias al manejo de la información.

Dicho manejo ha generado importantes cambios en la estructura de la sociedad puesto que no solo se utiliza como un ente informativo, sino que también ha tenido un papel de instrucción y enseñanza para todas las audiencias.

Es notoria la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre las diferentes esferas de la sociedad; así en el ámbito político los Gobiernos utilizan los medios de comunicación para divulgar las políticas públicas que convienen a quienes preservan el poder y se propende por el status que  a través de las cuales se controla uno de los elementos del Estado: El elemento humano.

En el aspecto económico, los mas media han sembrado en la psiquis de las personas un único modelo económico: El Capitalismo; un capitalismo salvaje, defensor únicamente de la propiedad privada y de los intereses individuales de aquellas minorías que detentan poder, dinero y bienes.

Al mismo tiempo, estos medios han satanizado los diferentes sistemas económicos como el socialismo y el comunismo, los cuales van en contravía con el sistema económico actual impuesto por las grandes potencias.

En cuanto a lo moral, la incidencia de los medios de comunicación, tanto en la creación como en la formación de la estructura de valores internalizados en una sociedad, han tenido gran relevancia en el ámbito social y cultural, por cuanto la creación de nuevos valores afecta de forma evidente el comportamiento humano y por ende las costumbres aún arraigadas en un grupo social, los pensamientos, las ideas que nacieron en un momento histórico determinado.

En el ámbito religioso la historia de la iglesia ha dejado ver la manipulación de la información transmitida a los feligreses no sólo utilizando los medios de comunicación masiva, sino con un elemento de convicción mucho mas poderoso: la Fe a través de la comunicación verbal.

Utiliza su poder espiritual para internarse en la mente de las personas e influir así en sus conductas, las cuales no deben ni pueden ser reprochables a la sociedad en general.

De esta forma la iglesia consigue así mismo un lugar importante en la sociedad desde el cual ejerce un alto grado de influencia a nivel social, político, económico, nacional e internacional.

De acuerdo a lo anterior los medios de comunicación se consideran como armas de doble filo en tanto que se utilizan para mantener informada a la comunidad sobre los últimos acontecimientos, para elevar el grado cultural, pero a su vez alteran el orden y la tranquilidad públicos.

La utilización negativa de los medios de comunicación masiva se explica como parte del sistema económico dominante, ya que se han convertido en una herramienta comercial que reposa en manos de empresas multinacionales que terminan por manipularlos en su propio beneficio.

Además de lo anterior, es imposible negar el desarrollo tecnológico que han tenido los MASS MEDIA, al momento de transmitir la información.

Los que en un primer momento fueron canales de información locales, poco a poco han ido abarcando todo el mundo, tan es así que en la actualidad a través de la Internet por ejemplo si se desea se pueden leer todos los periódicos del mundo y estar informado en cuestión de segundos de hechos ocurridos a kilómetros de distancia.

El fácil acceso a los medios de comunicación, así como su constante y necesaria utilización les han dado un lugar privilegiado en la vida de las personas; este privilegio se evidencia en los altos niveles de credibilidad y aceptación de la información que emiten, pero así como pueden ser una posibilidad, una ventaja para el desarrollo humano y social, también se han convertido en un instrumento de dominación, haciendo esto referencia a la influencia que tienen en la criminalidad, vista esta como aquel conjunto de acciones delictivas originadas en gran medida por la información proporcionada por los medios de comunicación, la cual llega ha mecanizarse y ha desarrollarse en el seno de las actividades cotidianas del ser humano, y que se concretan en un lugar, un tiempo y un espacio determinado.

La influencia negativa se entrevé en la prensa y la radio, a través por ejemplo de la Página Judicial de los diferentes diarios, en la cual se narran hechos criminosos que ocurren en el panorama nacional e internacional, lo cual busca algo más que mantener informado al público, pero lo están haciendo de una manera equivocada, ya que generan en los receptores de dichos mensajes situaciones de pánico y angustia ante las amenazas externas y terminan construyendo un enemigo en cada individuo de la sociedad, generando disociación a nivel familiar, social, cultural, etc.

Sumado a los anteriores, también se ve la increíble influencia que ejercen otros medios de comunicación como la literatura criminal, en la que el tema central se orienta hacia el realismo de un hecho criminoso, con el cual el delito se convierte en el único contenido de la obra, dejando una guía respecto al mejor modo de delinquir; los folletos pornográficos, que generalmente tienen como destinatarios asiduos de sus ediciones a los adolescentes, quienes atraviesan por un fenómeno de despertar sexual, siendo por lo tanto un material equivocado e incluso brutal con todo lo relacionado con los apetitos sexuales, llevando en diferentes circunstancias a cometer ilícitos contra la libertad e integridad sexuales; los comics muestran como fantasía una realidad mutilada en la que el delito, el cual es cometido por los "malos" y castigado por los "buenos", se magnifica como problema social, y en el que los verdaderos conflictos socioeconómicos se esconden piadosamente, penetrándose esas imágenes en la psiquis de los niños, que son a los que están dirigidos esencialmente y quienes empiezan a ser victimas de diferentes estados, que comienzan con sueños desapercibidos y agitados, insomnio, miedo y que puede terminar con trastornos más graves.

 

CITAS CONSULTADAS:

_ www.alterinfos.org/spip.php?artide1621

_ sabanet.unisabana.edu.co/comunicación/semestre5

_ www.aprimeraplana.org/conteht/viw/23/1/-35k

_ www.monografìas.com/trabajo903/proceso-formaciòn-opiniòn

COMUNICACIÒN SOCIAL/ DISTANCIA MARACAIBO

MIRTHA  BRAVO        

CI: 16079772

SECCIÒN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 7 de octubre de 2008