miércoles, 17 de septiembre de 2008

Trabajo de la primera tutoria. Opinión Pública

Ministerio de Educación Superior
Universidad Católica Cecilio Acosta
Comunicación Social/ Distancia Maracaibo
Materia: Opinión Pública
Alumna: Mirtha Bravo
CI: 16.079.772
Sección: 2
Correo electrónico: mirthabravo1983@hotmail.com
mirthabravo.blog.spot.com


I Unidad:
1.- Historia de la Opinión Pública
2.- 3 Conceptos de Opinión Pública
3.- Definición: _ Opinión
_ Actitud
_ Clima de Opinión
_ Grupo de Opinión
_ Información
_ Elite
_ Estereotipo
_ Prejuicio
_ Propaganda




1.- Historia de la Opinión Pública:
En la antigüedad la opinión publica se remitía simplemente al dialogo que establecían los notables, es decir, sólo aquellos que no dependían económicamente de otros para su supervivencia. Las mujeres, los esclavos y los niños no poseían la capacidad de contemplar, opinar y dialogar sobre las cuestiones de la polis, ya que sólo eran aptos para trabajos manuales. Consecuentemente imperaba la marginalidad en el espacio público y no existía el diálogo sobre asuntos públicos.
Posteriormente, esa situación empezó a cambiar. Se conceptualizaba entonces como la opinión "
del pueblo". Durante el siglo XVIII español, el concepto de opinión pública equivalía a “opinión de la multitud”, normalmente expresada a través de una reunión masiva. A finales de este siglo, sin embargo, empieza a adquirir connotaciones cualitativas y adquiere las notas propias que le otorgaría el liberalismo, como instrumento de guía y control del gobernante.
El liberalismo progresista posterior añadió la idea de que sólo los ciudadanos activos, aquellos que participaban en política, expresaban la verdadera opinión pública, que se transmitía a través del ejercicio de libertades naturales y que sólo limitaba al Ejecutivo a través de la responsabilidad moral. Conviene recordar que en aquellos tiempos sólo se consideraban ciudadanos (con derecho a participar en asuntos políticos) las minorías gobernantes o dominantes de las naciones occidentales o colonias.
Se podría alegar que esa concepción correspondía a la del
despotismo ilustrado y se refleja en dichos comunes en esa época: "todo para el pueblo pero por el pueblo, nada" ( José II) "La mejor forma de gobierno es la que nos enseña a gobernarnos (en el sentido de controlarnos) a nosotros mismos" (Goethe) y ¡razonad tanto como queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced! (Kant).
El liberalismo moderado, sin embargo, modifico el concepto de opinión pública relacionándola a los "ciudadanos instruidos", distinguiendo entre opinión legal (expresada por el Parlamento) y natural (derivada de los ciudadanos). Una opinión que sólo podía manifestarse a través de medios jurídicos reglados: la libertad de prensa, el derecho de petición y el sufragio. Esto por un lado la restringió: el número de ciudadanos instruidos era muy bajo; y por el otro la extendió: para ser instruido no era requisito ser noble o miembro de las clases gobernantes. Esta reformulación coincide con la visión de los teóricos de la democracia liberal clásica (
Rousseau, Locke, Tocqueville)
Se puede alegar que ambas concepciones están basadas en un principio básico de la
ilustración.
Con el surgimiento de la
cultura de masas y la expansión técnica, productiva del modelo fordista y expansión de la burocracia, comienza un progresivo ensanchamiento del término hasta que a fines del siglo XX el ciudadano es la población misma, ahora transformado en "el público".
En el presente el concepto esta íntimamente ligado con los "muestreos de opinión pública", aproximamiento que se basa en la necesidad y habilidad de organizaciones estatales, empresariales y educativas que comenzaron a desarrollar métodos que permitían la selección relativamente imparcial de participantes y la recogida sistemática de datos entre un amplio y variado sector del público. Esto ocurrió entre la década del 30 y el 40 del siglo XX. Entre los pioneros en este sector se encuentra el analista estadounidense
George Horace Gallup, inventor del sondeo que lleva su nombre. Desde la década de los 50 comenzó el criterio estadístico, cuya mayor crítica ha sido el grado de representatividad, cuestión contenida en las teorías de estadística social.
Hoy en día Los gobiernos y empresas utilizan los sondeos para conocer la opinión pública sobre cuestiones de interés como los índices de desempleo, mercado y de criminalidad entre otros indicadores sociales y económicos.
Walter Lippman, en su libro Opinión Pública (1922) cuestiona que sea posible una auténtica democracia en la sociedad moderna. Esta crítica se fundamenta en su noción de estereotipo, de la cual es inventor: los esquemas de pensamiento que sirven de base a los juicios individuales convierten en ilusoria la democracia directa.
El filósofo alemán
Jürgen Habermas desarrolló una teoría de gran influencia sobre el surgimiento de la opinión pública. Habermas concibe ésta como un debate público en el que se delibera sobre las críticas y propuestas de diferentes personas, grupos y clases sociales. Para Habermas, después de su desarrollo en el siglo XVIII, el espacio público donde es posible la opinión pública y que es “controlado por la razón” entra en declive, puesto que la publicidad crítica dejará poco a poco el lugar a una publicidad “de demostración y manipulación”, al servicio de intereses privados. Las tesis de Habermas han sido contrastadas críticamente, en lo que se refiere a la evolución de la opinión pública, por la historiadora francesa Arlette Farge en el libro Dire et mal dire (editorial Seuil, París, 1992) dónde la autora pone de manifiesto que la opinión pública no emerge solamente de la burguesía o de las élites sociales cultivadas, sino también de la gran masa de la población. Ésta, que Farge estudia a partir de los informadores colocados en todo París por el Inspector General de Policía, fragua por sí misma los conceptos de "libertad de opinión" y "soberanía popular".
El sociólogo francés
Pierre Bourdieu ha afirmado, de manera célebre, que "la opinión pública no existe", tomando en cuenta que la estadística no es garantía de imparcialidad, pues al ser un análisis social no hay neutralidad valorativa en la formulación de los protocolos y cuestionarios. Los medios de comunicación, además de tomar postura, difunden las opiniones que desean. Otras críticas residen en temas técnicos tal como el grado de error muestral, tamaño de la muestra, representatividad de la población, etc. Sin embargo, existe en la opinión pública contemporánea un grado alto de confianza a los sondeos debido en gran parte a la influencia de los medios de comunicación.

2.- 3 conceptos de Opinión Pública:
_ Opinión Pública:
Es la tendencia o preferencia, real o estimulada, de una
sociedad hacia hechos sociales que le reporten interés.
La opinión pública ha sido el concepto dominante en lo que ahora parece referirse a la comunicación política. Y es que después de muchos intentos y de una más o menos larga serie de estudios, la experiencia parece indicar que opinión pública implica muchas cosas a la vez; pero, al mismo tiempo, ninguna de ellas domina o explica el conjunto. Además, con el predominio de los
medios de comunicación modernos, en una sociedad masificada el territorio de la opinión parece retomar un nuevo enfoque.
También es necesario considerar que la opinión pública tiene una amplia tradición como campo de estudio. Y aun cuando se relaciona estrechamente con la comunicación política, se diferencia de ésta. Es decir, la opinión pública constituye sólo un sector dentro del amplio espectro de la comunicación política.
_ Opinión Pública:
Significa cosas distintas según se con­temple como una instancia crítica en relación a la notoriedad pública normativamente licitada del ejercicio del poder polí­tico y social, o como una instancia receptiva en relación a la notoriedad pública, "representativa" o manipulativamente di­vulgada, de personas e instituciones, de bienes de consumo y de programas. En la publicidad concurren ambas formas de notoriedad pública, pero "la" opinión pública es su común des­tinatario.
Los dos aspectos de la notoriedad pública (y de la opi­nión pública) no están en una relación de norma y hecho -como si se tratara del mismo principio, cuya actuación efectiva res­tara meramente subordinada a la actuación licitada por la opi­nión pública (y, análogamente, la conducta efectiva del público, subordinada a la conducta que de él se espera)-. Se trataría en ese caso de coordinar una magnitud ideal de la opinión pú­blica con su configuración real; pero éste no es evidentemente el caso. Las funciones de la notoriedad pública, la crítica y la manipulativa, son claramente distinguibles. Actúan socialmen­te contrapuestas.
_ Opinión Pública:
Hay tres perspectivas que, aunque excluyentes entre sí en un primer acercamiento, pueden ser integradas en una visión global sobre el tópico (Dader, 1992). La primera vincula la existencia del Estado democrático con la legitimación popular; existe una larga tradición de reflexión sobre la comunicación gobernantes-gobernados, la libertad de expresión y las condiciones que la voluntad general de los gobernados precisa para considerar un sistema democrático. Esa corriente es normativa e idealista y con el racionalismo de la Ilustración da pie a la primera teoría de la opinión pública, la que supone ésta como opinión pública política y eficaz, el contrapeso del poder.
Habermas (1981) representa, en su crítica, esta corriente al postular, desde una postura ético-política, el deber ser de una genuina opinión pública democrática. La opinión pública puede significar o una instancia crítica frente al ejercicio del poder político o social o una instancia receptiva de personas, instituciones, bienes de consumo y programas, denominando a esta expresión ficción institucionalizada que difícilmente puede identificarse en el comportamiento ciudadano con una magnitud real. Ante esto, hay dos caminos para definir la opinión pública: uno que quiere salvar un público raciocinante dentro de un público meramente aclamativo, otro que presenta una opinión pública que prescinde de los criterios de racionalidad y se limita a criterios institucionales.
Habermas considera que ambas versiones hay que observarlas dentro del hecho de que en el proceso de formación de la opinión en las democracias de masas la opinión popular apenas conserva una función política relevante, por lo que hay que preguntarse si bajo la denominación de opinión pública hay que entender nada más la intervención de una tendencia masiva que no puede siquiera auto articularse que es tipificada por el agregado de opiniones que tiene su manifestación más característica o, más bien, única, en las encuestas de opinión pública o, en el otro caso, la degradación de una opinión ilustrada integrada a la voz dominante.

3.- Definición:
_ Opinión:
Es la posición, siempre acotada en cuanto válida, de una consciencia subjetiva, restringida en su contenido de verdad. La figura de tal opinión puede parecer realmente anodina.
Cierto que el individuo puede ejercer reflexión en sus opiniones y guardarse de hipostasiarlas. Pero la misma categoría de opinión, en cuanto un grado objetivo el espíritu, está blindada contra dicha reflexión. Lo cual nos remite a simples componentes fácticos de la psicología individual.


_ Actitud:
Forma de motivación social que predispone la acción de un individuo hacia determinados objetivos o metas. La actitud designa la orientación de las disposiciones más profundas del ser humano ante un objeto determinado. Existen actitudes personales relacionadas únicamente con el individuo y actitudes sociales que inciden sobre un grupo de personas.
_ Clima de Opinión:
El clima de opinión depende de quién habla y quien permanezca en silencio.
Para Noelle-Neumann los individuos, al intentar evaluar continuamente el clima de opinión provocan el "clima doble de opinión", es decir "la diferencia entre el clima percibido por la población y el clima representado por los medios el clima de opinión doble se produce cuando el clima de opinión entre la gente y el predominante entre los periodistas son diferentes". Y es que para la autora existe una ignorancia pluralista que hace que la gente se engañe sobre el resto de las personas. Esto se debe a que "las conversaciones continuas entre la gente extienden los mensajes de los medios, y no mucho después ya no se percibe diferencia alguna entre el lugar de recepción de los medios y los lugares muy alejados de él. La influencia de los medios es predominantemente inconsciente. La gente mezcla sus propias percepciones directas y las percepciones filtradas por los ojos de los medios de comunicación.
_ Grupo de Opinión:
Es el conjunto de dos o más personas que interactúan en un espacio y un tiempo determinado, su punto de vista, la forma de ver cada quien un problema, la manera de pensar, su idea con la finalidad de respetar cada quien su opinión.
_ Información:
Es un conjunto organizado de
datos procesados que constituyen un mensaje sobre un determinado ente o fenómeno. De esta manera, si por ejemplo organizamos datos sobre un país, tales como: número de habitantes, densidad de población, nombre del presidente, etc. y escribimos por ejemplo, el capítulo de un libro, podemos decir que ese capítulo constituye información sobre ese país. Cuando tenemos que resolver un determinado problema o tenemos que tomar una decisión, empleamos diversas fuentes de información (como podría ser el capítulo mencionado de este libro imaginario), y construimos lo que en general se denomina conocimiento o información organizada que permite la resolución de problemas o la toma de decisiones (ver apartado sobre conocimiento.
_ Elite:
Es un grupo minoritario dentro de una
sociedad que tiene un estatus superior al resto de integrantes de la misma.
Dentro de una misma sociedad pueden existir distintas élites, dependiendo de los intereses particulares de cada una de ellas. La existencia de estas élites en plural se relaciona con la creciente diferenciación de la sociedad. En la medida que distintos campos sociales se van haciendo cada vez más autónomos (
arte, economía, ciencia, política, etc.), van emergiendo élites sectoriales que defienden sus propios puntos de vista. Desde este ángulo, uno de los problemas centrales de las sociedades modernas es la integración horizontal, es decir, el mantenimiento de relaciones medianamente armónicas entre distintas élites sectoriales. Por otra parte, también presentan el desafío de la integración vertical, esto es, el establecimiento de un contacto fluido con el común de la población.
_ Estereotipo:
En su uso moderno, un estereotipo es una imagen mental muy simplificada y con pocos detalles acerca de un grupo de gente que comparte ciertas cualidades características (o estereotípicas) y
habilidades. El término se usa a menudo en un sentido negativo, considerándose que los estereotipos son creencias ilógicas que sólo se pueden cambiar mediante la educación.

_ Prejuicio:
Es, como lo dice su nombre, el proceso de "pre-juzgar" algo. En general implica llegar a un juicio sobre el objeto antes de determinar la preponderancia de la evidencia, o la formación de un juicio sin experiencia directa o real.

_ Propaganda:
Consiste en el lanzamiento de una serie de mensajes que busca influir en el sistema de valores del ciudadano y en su conducta. Se articula a partir de un discurso persuasivo que busca la adhesión del otro a sus intereses. Es de carácter monológico y requiere el recurso del
anuncio. Su planteamiento consiste en utilizar una información presentada y difundida masivamente con la intención de apoyar una determinada opinión ideológica o política. Aunque el mensaje contenga información verdadera, es posible que sea incompleta, no contrastada y partidista, de forma que no presente un cuadro equilibrado de la opinión en cuestión, que es contemplada siempre en forma asimétrica, subjetiva y emocional. Su uso primario proviene del contexto político, refiriéndose generalmente a los esfuerzos patrocinados por gobiernos o partidos para convencer a las masas; secundariamente se alude a ella como publicidad de empresas privadas.